España lidera el Ranking de países más solidarios con la inmigración, de lo cual yo me siento orgulloso como no podía ser de otra manera. A fecha 31 de marzo de 2009, la cifra de inmigrantes en España es de 4.495.349 personas registradas (aparte, entre 400.000 y 1.000.000 de indocumentados), de las cuales 2.413.144 son marroquíes. Hasta aquí estaría todo bien, si no fuera porque la comunidad más numerosa la marroquí, no fuera tan excluyente. Y digo esto porque a veces parecemos nosotros mismos los forasteros.

El racismo (cosa que no entiendo, ni comparto) no exclusivamente tiene que ser violento, puede ser también psicológico, verbal y marginal. Y es que a veces se vira la tortilla, y resulta que son ellos los xenófobos hacia nosotros y nuestras propias costumbres. Dicho esto repito que aquí no se pretende justificar nada, ni hacer apología de ningún tipo, sino todo lo contrario; defender los derechos de las minorías pero las nuestras también.

Si una mujer en la mayoría de estos países en sus enfermizas mentes, tiene obligatoriedad de llevar velo, ¿por qué aquí no imponemos todo lo contrario? Si no tienen el mínimo respeto a las libertades individuales, culturales, ni religiosas, se saltan a la torera los derechos humanos, ¿por qué no hacemos aquí nosotros con ellos lo mismo? ¿por qué destinamos recursos y dinero en concepto de cooperación a estos países si luego resulta, que nos ponen por los suelos? ¿es que somos bobos o qué?

El otro día para no ir más lejos, paseando un domingo por el rastro de Santa Cruz, me vomita un moro de estos que nosotros los canarios somos hermanos de los marroquíes y que más temprano que tarde aceptaríamos la unificación de su “glorioso” Marruecos; que estábamos equivocados pero que nos daban “la oportunidad” de rectificar y aceptar a Alá como nuestro Dios. ¡Ay Dios mío! Lo que me faltaba por oír. Por unos momentos pensé que habría alguna cámara oculta de esas que pone alguna televisión del humor (o por qué no, por Antonio Cubillo o José Ramírez pa´acabar con mi paciencia).

Y eso que venga un moro bereber de éstos a decirme a mí cómo debemos tratar a las mujeres, que cerremos nuestras iglesias para abrir mezquitas, y que si Alá es grande y demás sandeces.. ALA-MIERDA lo mandé.

Es hora de que empecemos a llamar cada cosa por su nombre, sin avergonzarnos, sin posicionarnos en la verdad absoluta, defendiendo con la palabra lo que consideramos justo. Debemos exponer abiertamente desde el uso de la razón, sin entrar en sectarismos ni posiciones extremas. Tenemos que tomar conciencia y entender que estamos siendo conquistados silenciosamente por los árabes. Su comunidad es la mayor en España y ha diferencia del resto ni se adaptan, ni comparten. Pero aquí no podrán imponernos a Mahoma, porque ya tenemos a Jesucristo.

Como bien dice el periodista Carlos Lugo “La continua llegada de las pateras y cayucos a Canarias no es más que una conquista silenciosa, una nueva “marcha verde” impulsada por los bereberes de África para hacerse con el dominio de las islas como el primer paso para la conquista de Europa”.

El pueblo árabe nunca emigró en busca de comida. Nunca.