De todos es bien sabido, aunque siempre hay quienes manipulan y silencian la historia, que una parte de la clase dirigente que llevó a la emancipación de la España Americana de la España Europea no fue precisamente los ideales de libertad y justicia. La creciente oligarquía criolla (españoles nacidos en América) entre los cuales se encontraba Bolívar, Paez (que se convirtió en uno de los principales latifundistas de Venezuela), pretendían no sólo salvaguardar sus privilegios sociales sino acrecentarlos en detrimento de las masas populares. Estos falsos libertadores que procedían de la casta dominante pretendían desplazar al gobierno español para una vez alcanzado el poder esclavizar al pueblo. De ahí la célebre frase de Bolívar cuando Iturbe en 1813 le pregunta sobre el porvenir de los Pardos: No se preocupe, don Francisco; la demagogia en los labios y la aristocracia en el corazón.
En la denominada “Carta de Jamaica”, el texto más leído y famoso de Bolívar, si reflexionamos encontramos la disgregación racial al cual somete a la sociedad americana, separación tripartita: ellos (criollos),  indios/negros por un lado, y españoles al otro. “No somos indios ni europeos, sino una especie media entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores españoles: en suma, siendo nosotros americanos por nacimiento y nuestros derechos los de Europa, tenemos que disputar éstos a los del país y que mantenernos en él contra la invasión de los invasores” (1815: 69). Con sentido idéntico y casi con las mismas palabras, repetirá esta afirmación años más tarde en el “Discurso de Angostura” (1819: 96). La división tripartita de su afirmación es clara: el “nosotros” no incluye ni a “indios” ni a “españoles”. Reconoce en su espíritu revolucionario a los indios como los legítimos dueños, pero se atribuye los derechos del español. Su lucha busca trasladar los derechos del usurpador europeo a los criollos, es decir, a los españoles “nacidos en América”. 
Semejantes in-concurrencias no dejan por menos que sorprenderme por diferentes motivos. En primer lugar, Bolívar es español cuanto sus ascendientes son inequívocamente españoles. Su padre Juan Vicente nacido en España era coronel del ejército español, y su madre aunque nacida en Caracas era completamente de familia española. Al fin y al cabo, ¿qué diferencia existe entre un español nacido en Europa y otro nacido en América? ¿qué discrepancia si pertenecen al mismo país? ¿no son pues la misma raza y cosa?.  En segundo lugar, ¿con qué derecho o en qué se basa Bolívar para afirmar que los criollos son los dueños legítimos de la América latina? En todo caso serían los indios, que al fin y al cabo, son los verdaderos originarios digo yo.
Y es que el ´iluminado" Bolívar en la ambigüedad que lo caracteriza, se ve forzado a trazar varias líneas que le permitan, en cierto modo justificar su empresa. En primer lugar distorsiona la realidad de su procedencia española distanciándose de ella y a la vez justificando su derecho de clase como español. En segundo término, siembra el odio y la cizaña achacando de todos los males a los españoles, a quienes acusa al conquistador como símbolo y figura al cual de repente ve como a enemigo. Luego y como guindilla del postre, reconoce eso sí, a los mismos conquistadores en el momento de justificar los derechos que reclama. ¡Vaya huevos que tenía este farsante! De ahí, que según él mismo dice "nuestro contrato social" proviene de los mismos reyes de España (1815: 72).

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Publicado por La Guarida del Dragón on miércoles, 8 de septiembre de 2010
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